Ajuste de Cuentos
Ángel Solís
Con un costo cercano a los cuatro millones de pesos, durante la administración municipal de Otoniel Segovia Martínez se realizó la obra de drenaje sanitario del Mercado Nuevo de Chetumal, trabajo hecho por la empresa Cobor Construcciones S.A. de C.V., de Diego Cortés Arzola, ex presidente de la CMIC. Pero a unos meses de haber sido entregada, por la cantidad de vicios ocultos que presenta diariamente escurre a las calles todo tipo de desechos, y lo peor es que esta persona, hoy es el encargado de vigilar las obras del gobierno de Mara Lezama, de la 4T.
Las lluvias y los desechos que diariamente descargan los locales comerciales del Mercado Nuevo de Chetumal ponen en evidencia que los trabajos realizados por la empresa Cobor, representada por Leticia Borjas Pelissier –esposa de Diego Cortés Arzola– no cumplieron con la calidad requerida, además de confirmar que no hubo la mínima supervisión de estos trabajos por parte del Ayuntamiento capitalino, pese a que el millonario monto fue cubierto con recursos federales del Fondo para la Infraestructura Social Municipal.
La obra consistía la construcción de una red de drenaje sanitario de 636 metros lineales, así como 10 pozos de diferentes profundidades, pero estos a la primera lluvia o descargas procedentes de los locales rebosan por su baja capacidad.
Muestra de ello es que todos los días las continuas descargas al drenaje lanzadas por los locales de alimentos, carnicerías y pollerías, entre otros, hacen que se desborde el drenaje sanitario por el cual se pagaron tres millones 890 mil pesos, provocando que las aguas negras se escurran sobre la avenida Calzada Veracruz por más de 26 metros, hasta estancarse frente al emblemático restaurante los Portales y causar un hedor infernal en las mañanas, cuando el sol va en aumento.
Es común contemplar estas aguas negras que arrastran por las calles todo tipo de desechos, desde alimentos en descomposición hasta restos de heces fecales provenientes de los baños de este mercado y que están a la vista de todos, incluso de los turistas beliceños, ya que a unos ocho metros se encuentra habilitado parte del estacionamiento como terminal de autobuses provenientes del vecino país de Belice.
Los beliceños que toman sus autobuses en esa zona del mercado se llevan una pésima impresión de los mexicanos, porque la pestilencia es insoportable y provoca náuseas.
Además del hedor tan penetrante para los visitantes de la zona, se convierte en un caldo de cultivo para los moscos en plena temporada del dengue, donde para vergüenza del gobierno del estado Chetumal ocupa los primeros lugares a nivel nacional.
Dicha obra en su momento fue denunciada por la ex regidora María Hadad Castillo (actual titular del Instituto Quintanarroense de la Mujer), quien presentó una solicitud a la Contraloría municipal para que se practicara un auditoría a los trabajos realizados, por la mala calidad de los materiales utilizados y los vicios ocultos que presentó desde el momento que al constructor le dio la gana entregarla, pese a haber sido pagada de manera irregular en su totalidad desde su inicio.
Pero a más de dos años de haber sido entregada, el drenaje no solo apesta a desechos sino a un claro acto de corrupción, mientras el propietario de dicha constructora, Diego Cortés Arzola, como subsecretario de Planeación Gestión y Programación de obras de la Secretaría de Obras Públicas (SEOP) supervisa todo de tipo de obras en el gobierno estatal, siendo él mismo un elemento sin autoridad moral y candidato a ser investigado y castigado.
Y pese a que la fianza de vicios ocultos ya no puede ser aplicada, ya que la ley establece un plazo de doce meses contados a partir de la fecha del acta de recepción física de los trabajos, el empresario y ahora funcionario debe ser obligado a responder por esto pésimo trabajo que desde hace ya varios meses había sido denunciado por la mala calidad de esta polémica obra en nuestra capital.
Es de resaltar que en el gobierno estatal, pese a existir un grave conflicto de intereses porque ya son empresarios y funcionarios al mismo tiempo, las cámaras empresariales del estado exigieron que sus representantes ocuparan posiciones de poder en el gobierno del estado.
Botones de muestra de esta anomalía: el ex presidente la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC), José Rafael Lara Díaz en el Instituto de infraestructura física educativa (Ifeqroo), la presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias Capítulo Chetumal, Karla Almanza López, como Secretaria de Desarrollo Económico (SEDE) y el ex presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Diego Cortés Arzola, como subsecretario de Programación de Obras.
Los tres son grises en su desempeño como servidores públicos y nada abonan al proyecto de la gobernadora Mara Lezama, quien los lleva a cuestas por compromiso político.