Chetumal, 2 de octubre
Juan Juárez Mauss
Ningún beneficio para los productores del campo quintanarroense ha traído la instalación de las cadenas internacionales de supermercados en Chetumal, pues estas no compran los productos que cosechan los campesinos de la región, denunció el presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), José Alfredo Ramos Tescum.
Dijo que en sus constantes recorridos por la zona limítrofe con Campeche y la ribera del río Hondo, uno de los reclamos más sentidos por los campesinos es la falta de canales de comercialización, pues mucho del producto que siembran son adquiridos por los intermediarios o “coyotes” a falta de un sistema eficiente de venta.
Expresó que aunque a la parte sur del estado han llegado las grandes cadenas de supermercados como son Aurrera, Chedraui y Walmart , estas no generan un canal comercial para los productos de los campesinos quintanarroenses.
Por el contrario les viene a perjudicar, pues la gente ya no adquiere sus productos en los mercados populares, prefieren adquirir las frutas y legumbres en los centros comerciales por lo cómodo de sus instalaciones.
Aseguró que estas grandes cadenas compran sus productos agrícolas de otros estados del país e incluso del extranjero, dejando las ganancias a estos sitios y no contribuyendo a la economía de la región, en particular al sector campesino.
Es tal la falta de apoyo a la comunidad quintanarroense que nunca se ha sabido si estas grandes empresas contribuyen mediante donativos a la alimentación de los niños de la zona maya o si otorgan donativos a los programas de ayuda a los más necesitados que maneja el DIF estatal.
El entrevistado apuntó que estas grandes cadenas comerciales reciben todo el apoyo de los gobiernos locales con el no cobro de algunos impuestos, como es el caso del pago de predial y otros estímulos fiscales, todo para que vengan a “invertir” a esta parte sur.
En vez de exigir a los inversionistas que adquieran para su venta productos agrícolas o artesanales del estado para apoyar a las clases obreras que no tienen trabajo y no cerrar sus puertas a los productos de la localidad, ya que con sus prácticas, en lugar de generar una derrama interna, solo crean una política de discriminación a los sectores productivos del campo quintanarroense.